jueves, 28 de noviembre de 2013

Gallos y galleras: Una pasión de cuidado, sangre y apuestas.

Las peleas de gallos existen hace más de 2500 años. Nacieron en Asia y en la india para expandirse por todo el mundo.

En el oriente antioqueño estas prácticas se realizan en veredas, corregimientos y municipios; en su mayoría clandestinos. Estas riñas no miran clases sociales, pues se puede observar desde campesinos hasta grandes empresarios que apuestan entre $10.000 y $5.000.000 y se deleitan observando el combate de los gallos de pelea.






Perceo es alimentado con huevos, avena, cuchuco, carbe, levadura de trigo, maduro, hígado, bienestarina, alverja, alpiste, panela  e inyectado con Ganavitan cada dos días para aumentar su masa corporal, las cuales deben ser pesadas con grameras ya que se debe ser muy exacto en cada porción “igual que un deportista de alto rendimiento” dice Juan David Gómez.
Él tiene 7 meses y se prepara para pelear; por ello será encerrado para que se ‘amanse’, posteriormente motilarlo, desbarbarlo y descrestarlo; entrenarlo por 15 días más y a los 8 días estará listo para el combate.


Espuelas, patapiojas, cera y lima son los instrumentos para calzar un gallo de pelea.
Además de medicinas y vitaminas que permiten el crecimiento fuerte y sano de un gallo (comprelan, ehematofox,complejo B, gallisin, maiz vernifigo, entre otras) y algunas para antes y después de la pelea las cuales evitan que el gallo sufra graves consecuencias o que el dolor sea más fuerte (asitromisil, ambramisina, entre otras) que deben estar debidamente selladas y esterilizadas para evitar infecciones.




En estos maleteros los gallos llegan a las galleras para pelear y triunfar o morir en medio de alaridos y apuestas para ser desechados en la arena.






Alexander Gallego: “Alex El Fontanero”
Gallero hace 14 años, criador de gallos blancos, su distintivo. Sus gallos pueden costar de $100.000 (golones) a $500.000 (peleados).
“En Colombia ya no existen razas puras, ya todas han rebajado su linaje, no dejando de ser buenos”
Condorito fue el gallo que más triunfos le dio a Alex con un total de 17 peleas, para finalmente fallecer de un infarto en su jaula con 10 años de edad “nunca lo vendí por que lo quise mucho, por ello se lo regale a mi hijo como excusa para no salir de él”
“Mi  papá me ha enseñado el mundo de los gallos desde los 3 años . Tres veces a la semana los entreno; les pongo botainas como boxeadores para que no se aporren con su contrincante” Steven Gallego, hijo de Alexander.



Miguel Ángel Urbano Urbano: “ El Huila” de Pitalito, Huila.

“Resulte en Antioquia por una mujer que me enyerbo”
 Le  gustan los gallos   desde que presto servicio militar  a los 19 años  en el llamado oriente lejano. Ahora posee más de 200 gallos que son cuidados por su hijo,  aunque él es el encargado de motilarlos y descrestarlos.
“A mi me gusta ver pelear los gallos y apostarle a los mios, puedo dar desde $300.000 a $1.000.000 por un gallo, pues  realmente para mí son solo un juego”
Para el gallo en la fotografía fue su última  pelea, aquel día callo muerto en el ruedo en una llamada pelea rápida.






Juan David Gómez Zuleta, 20 años .

Criador  y dueño de 25 gallos de combate a los que alimenta, cuida y entrena todos los días  como deportistas de alto rendimiento a las 9:00 AM . Su raza preferida es “el gallino” (cuerpo de gallina, cabeza de gallo) .
Su pasión por los gallos nació a los 12 años cuando salía del colegio  para la fonda “el chaparral”  a verlos pelear. Desde entonces los observa  y les apuesta. “A los 15 años tuve mis primeros gallos y ahora mi experiencia con ellos es amplia; conozco muchas de sus razas (asil, shamo, black game, gallino, etc)”.
A pesar de que ama los animales, no le da lastima ver los gallos  sangrar  pues  se convirtió  para él en una costumbre, una pasión y un juego que no puede negar al verlos en el ruedo.





El juez es el encargado de  anunciar la pelea, llevar el tiempo  de la riña   y de   cuidar el gallo.
El reloj de arena  comienza a contar, cuando el gallo esta  caído,  enredado o no pelea (el tiempo de estos relojes es de un minuto aproximadamente).
Antes de  la pelea  el juez limpia  el gallo con una mota de algodón y alcohol o limón. Limpia sus alas,  muslos,  pico y espuelas con el propósito  de que si el gallo   tiene veneno él se lo trague .













Sergio Andrés Sánchez Ospina -  24 años

Sergio comenzó con una pasión que al igual que el Atlético Nacional y lo perros se impregno en él de tal manera que a corta edad comenzó viendo las recochas en diferentes partes del municipio de Guarne, las peleas de Gallos fue una disciplina que poco a poco se fue tomando su vida, llevándolo a comprar gallos con el dinero del refrigerio del colegio.

Después, él dio a cuidar sus gallos al dueño de la gallera que más frecuentaba quien luego de un tiempo le pidió que se los llevara y así los trasladó para el patio de su casa, donde los cuida, los cría, descresta, desbarba, les da medicinas y vitaminas. Sergio les dedica la mayoría de su tiempo al igual que a su perro Zeus, quien vive con él desde cachorro, después de que le mataran,  a Damian, el perro con quien vivió durante 5 años. "Los animales siempre han sido mi compañia y por eso les dedico la mayoría de mi tiempo. Ellos me brindan mucha alegría" expresa Sergio Sánchez.

Él no solo cuida de sus gallos, también vende los  que enraza e  instrumentos para la pelea como lo son: Patapiojas, espuelas y cera; los cuales están entre 5.000$ y 10.000$ por par. La venta de estos le ayuda al mantenimiento y crianza de sus gallos "finos".




Uber  Goez “La Monjita” ( trabaja como mayordomo de una escuela en el municipio de guarne )
Él entra  al mundo de los gallos desde los  14 años. En el camino que lo llevaba al  colegio  había una gallera  en la que  le ofrecieron trabajo  como cuidador   de cientos de gallos.
Así se   enamoro de estos animales contagiándole esta pasión a su hermano Álvaro, quien ahora es dueño de una gallera en Guarne.
“ Yo quiero más mis animales que a la  mujer; pero cuando pierden  lo mato a él y a su familia ‘¡En la casa arreglamos riloso!’ es que en mi casa el que no sea bravo ¡adiós!”
Ahora tiene un gallo que es llamado por sus colegas “la maquinita” lleva 12 peleas y vive en Copacabana como papá. 












Colorado le gritaban todos los espectadores , mientras él en cada segundo que pasaba  se desangraba intentando vencer a su contrincante. A los 4 minutos quedo ciego, pero esto no lo detuvo; empato la pelea a los doce.













Ximena Oquendo H.
Reportaje Gráfico.

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