jueves, 28 de noviembre de 2013

Alirio: Un transportador que conocía su destino


Alirio Silva, un hombre dedicado a su familia y a su trabajo; educado, amigable, honrado, servicial, honesto, muy buen vecino, alto, moreno y de ojos verdes como la más fresca montaña de Antioquia. Él llevaba transportando el gas de Gases Caldas.

    Era 3 de febrero del 2005 cuando la familia Silva Sepúlveda se levantó como todos los días a hacer sus quehaceres; él termino de pintar un cuadro de bicicleta que tenía en su casa y lo llevo al trabajo; mientras tanto,  Nubia, su esposa se organizaba para llevar a los niños que cuidaba en el colegio Santo Tomas de Aquino; sus hijos: Eliana hacia el desayuno a su abuela Blanca y a Estiben, su hermano, para irse hacia El Carmen de Víboral; Elkin se organizaba para ir a ayudar en  el bus que se dirigía a Medellín y Cristian se bañaba y se organizaba mientras esperaba a que su padre regresara con el carro para irse a repartir gas con él por los municipios de Antioquia así como lo hacía cada mañana durante  un año y medio.

Alirio llegó al poco tiempo y salió con su hijo Cristian hacia el municipio de La Unión, hace mucho no viajaban hacia al Oriente Antioqueño pues su ruta siempre iba dirigida al norte de Antioquia.

 Blanca:
Yo me quedé hablando con Alirio la noche anterior, hasta las 11 de la noche.
Alirio Dice:
- Cómo le perece que me van a mandar para La Unión y yo tengo unos nervios, quién sabe que pasara por allá como no han pagado la vacuna y ya amenazaron a un compañero mío, quién sabe
- Mijito no se vaya por allá, usted que es bobo, quién sabe que hasta lo matan
- Pero si no voy, de pronto me echan y qué hago con estos hijos, para rebuscarme la panelita, tiene uno que someterse a lo que sea
Tenía una parrilla muy pesada en la casa que viví hace mucho acá cerca y tenía que transportarla hasta El Carmen donde vivo yo ahora.
Alirio hablando con Blanca Dice:
-          No, no se lleve eso, que yo mañana se la traslado, yo voy para el Carmen y se la llevo
-          No, mejor yo le  digo a estiben si me puede cargar la parrilla, si él es capaz.
Imagínese que yo salí de aquí con mi nieto y me fui a coger el carro para El Carmen, yo me fui y me senté en la autopista, agachada como ida, ya llevaba mucho rato, no sé cuánto la verdad, pero de un momento a otro  se me acercó una señora, conocida mía y me dijo…
 - ¿Qué le pasa doña blanca, qué hace ahí? hace mucho que la vi esperando el carro y ahora que regreso usted todavía está aquí
- ¡Ay! si vos vieras, es que tengo una cosa, no sé qué pero estoy como que ya me voy no quiero como irme ¿vos crees esto tan raro?
- ¿qué le pasa pues?
- ¡Ay, yo no sé!
Y ya ella se quedó ahí hasta que me despachó  ¡ella me le puso la mano al carro!

Eliana:
Eran las 10 de la mañana cuando me llamaron al teléfono de la vecina, por qué aquí en la casa no había.
-          --Necesito a su mamá urgente ¿está ahí?
-        --  No, ella no está, dígame a mí
-         -- No, nada solo que su papá tuvo un accidente
Me preocupé y quise saber por medio de la empresa qué había sucedido, pero en ese momento pasó Trinidad, mi vecina, llorando por la calle y le pregunté qué había sucedido y obtuve como respuesta, a mi papá lo mataron…

A mí se me fue el aire, yo no podía hablar nada, casi me desmayo; corrí a encerrarme en mi pieza…

Elkin:
Yo me madrugué a trabajar, estaba de ayudante en un bus, cuando me llamaron y de una me dijeron: “A su papá lo mataron”… Yo tenía que volver en el bus y yo le conté a Albeiro Montoya, mi patrón
-          No mijo, váyase tranquilo
-          No, yo subo con usted
Y me vine todo maluco, yo no sabía ni cómo devolver, estaba ido, maluco.

Nubia estaba en el colegio Santo Tomas de Aquino con Rocío, su vecina, acompañándola  a hacerles el flúor a los niños que cuidaban, cuando comenzó un misterio entre su vecina y su hija, Alexandra.

Alexandra:
Yo estaba estudiando, estaba haciendo 5 de primaria y en medio de la clase entro el portero preguntando por mí, yo salí extrañada y en la puerta me esperaba Paola, una amiga mía.
-          Alexandra…mataron a Alirio
-          ¿Cuál Alirio?
-          El papá de Eliana
 Inmediatamente me puse a temblar y a llorar. Recordé que mi mamá, Rocío, y Nubia estaban allá con los niños y quise correr a contarles pero era muy duro, porque Nubia estaba ahí y ella era la esposa.
-          Alexandra, ¿usted por qué esta tan pálida, que le pasó?
-          Mami, es que…
Me le acerque al oído y le dije:
-          Mami es que mataron a Alirio.
-          ¿Si es verdad? Mucho cuidado pero con eso no se Juega.
-          Sí, mamá.
Ella se puso pálida, muy nerviosa, Nubia lo notó y nos dijo:
-          ¿Qué paso?
-          Nada
Rocío se fue con rapidez a recoger a la niña que cuidaba, se fue descalza, casi desmayada; no sabía si le diría o no y prefirió no decirle nada a Nubia.




Nubia:
Yo vi un misterio entre Rocío y Alexandra, pensé que el misterio era un problema entre las dos y preferí alejarme y sin querer escuche: “¿cómo le decimos?”
Al poco tiempo Nubia toco la puerta del salón de Alexandra y le preguntó:
-         -- ¿Qué paso? Cuénteme, ¿es de mi casa?
-         -- No, no es nada malo…no es nada suyo.
-         -- Sí Alexandra, cuénteme hágame el favor
-          --Yo no soy capaz…Me  promete que va estar tranquila, que se va a  calmar
-         -- 
-          Vino Paola y me dijo que a Alirio…lo mataron
Nubia inmediatamente comenzó a gritar y a patalear, se quería tirar por el balcón del colegio. Dos profesoras y Alexandra la cogieron y trataron de calmarla pero ella no paraba de gritar en el piso ”¡No, Alirio no!”
Inmediatamente me fui para el salón de Alexandra.

Blanca:
Estando en mí casa sonó el teléfono de la vecina y nos mandaron a llamar, mi hijo Huber atendió la llamada y cuando volvió, vino todo triste…
- Mijo, ¿qué le paso?
- No amá, ¡a mí no me pasa nada!
- ¿Qué no le pasa nada? ¡A usted le pasa alguna cosa!
- No…
Después llamaron otra vez, y cuando menos piensa estaba aquí mi hijo Gonzalo y me dijeron
-          Mamá tenemos que ir a Guarne
-          Yo voy con ustedes
-          No, usted se queda aquí. Va a venir Delio y Senelia
Ahí sí que me confundí y me decía así misma ¡aquí pasa alguna cosa…aquí pasa algo malo, esto está muy horrible, quién sabe que será!
Y me decían dizque, ¡tranquila, no pasa nada, nosotros queríamos venirnos para acá!

Estiben:
Mis tíos y mi abuelo no querían decir nada, por no preocuparnos, hasta que nos digeron, ¡que sorpresa la que me lleve por allá! yo me puse a llorar, estaba muy mal; me cogió una desesperación y decidí volármeles a todos; al menos yo tenía plata, entonces decidí coger para mi casa.
 
Cristian:
Yo estaba cogido de la tarde, mi papá hacia si no rezar, era primera vez que yo lo veía rezar de esa manera. Salimos a la 7:00 am.
En el camino hacia La Unión, nos encontramos con el ejército, los saludamos y seguimos; al llegar a Mesopotamia, cuadrante cuarenta, vereda de La Unión, vimos ollas, bultos, morrales y carros alrededor de la carretera, las miré algo extrañado, sin embargo seguimos y a una hora ya al interior de Mesopotamia se nos para al frente un montón de guerrilla reclutada por alias Karina y nos dice:
-          Señor, no han pagado la vacuna, este carro lo vamos a quemar
Nosotros nos bajamos del carro y ellos nos sentaron retirados, vimos cómo le pusieron bombas al carro y también como explotó. Después de explotar, 3 de los guerrilleros: Uno moreno, con el rostro cortado, alto, flaco, sucio; una mujer, troza, bajita, de ojos claros, cara redonda, y colorada y otro hombre joven, bajo, gordo; sacan una pistola número 38  y le  dan un tiro en el pecho a mi papá, entonces les dije:
-          Déjenlo ir, quédense conmigo, yo les sirvo también
-          ¡Está muy machito home marica!
-          Si, muy macho
 Yo me desmayé… Al despertar vi que tenía las manos rajadas y con tiros en sus muñecas, después le pegaron uno en la pelvis y el en medio de su dolor me dijo:
-           Cristian, cuide a su mamá y a sus hermanos, ayúdelos
-          Sí, papá
Posteriormente sacan un changón y le pegan un tiro en el lado izquierdo de su rostro, eso le voló un ojo y la tapa de la cabeza,  lo tumbó y a mi salpicó sangre de él. Se paró de nuevo; yo sentí que él no quería irse, que quería vivir más, pero el último tiro lo derrumbó, se lo pegaron en la sien.

Luego me cogieron de los brazos y me amarraron para subirme atrás en una camioneta, pero yo me les tiré de ahí y me les volé, corrí y corrí hasta ver un bus y me subí en él entonces un ayudante me ayudó a meter dentro de una caja de herramientas hasta llegar donde el ejército, que me preguntó lo que había sucedido. Llamaron a mí mamá para informarle, yo no fui capaz de hablarle yo solo escuchaba los gritos a través de la bocina, no quería hablar con ella ni con nadie. No paso mucho para que mi mamá apareciera; estaba inconsolable, pero no la quería cerca, no quería a nadie cerca, no quería que nadie me tocara, tenía ira, rabia, impotencia, lo golpeaba todo, solo quería volver a ver a mi papá.
Cuando lo vi lo abrace y al poco tiempo llegó el carro de la funeraria, lo recogió y lo subió. Y me fui con él, no quería despegarme de él ni un solo minuto.
Eliana:
Cuando menos piensa en mi casa estaban tíos, amigos de mi papá y vecinos; la casa ya estaba llena y cuándo nos dimos cuenta de que a mi papá lo iban a velar en la funeraria divino Niño de acá de Guarne nos fuimos todos para allá.
Al rato llego mi papá con Cristian y mi mamá. Nos sacaron a todos para vestir a mi papá y mi mamá se metió por un huequito para ayudarlo también a cambiar. La pusieron la ropa que más le gustaba, una que ella lo había regalado; unas zapatillas negras, medias blancas, pantalón negro.
Cuando lo sacaron, me acerque y cogí su reloj, estaba en sangrentado  y con un hueco por una bala en su manilla, yo no lo quería soltar pero me lo quitaron y lo arrojaron a la quebrada.
Me tuvieron que sacar de la funeraria y doparme. Yo quería sacarlo de ahí e intenté romper el vidrio que tenía sobre su rostro.

Estiben:
Yo llegué a la funeraria, pero ya estaba muy tarde, ahí se encontraban todos y me apresuré al ataúd, no lo quería soltar, estaba destrozado: su cara se hallaba destrozada, estaba acabado hinchado, morado, estaba muy mal… el parpado izquierdo abierto, no tenía ojo, en lugar ojo tenía un algodón.

Cristian:
Yo solo pensaba en sacarlo de allá, incluso cuando lo estaban bajando del carro yo casi lo saco del ataúd yo le grité, ¡párese, de ahí!  No podía soportar que estuviese ahí, me dolía, la impotencia se apoderaba de mí. Me sacaron a la fuerza de la funeraria, me doparon, a mí, a mi mamá y a Eliana nos llevaron para el comando toda la noche, yo tenía una ira mayor, golpee las paredes, las puertas, no quería estar ahí solo, quería estar con mi papá.

Mi mamá y yo estábamos dopados, mi mamá lloraba mucho, pero estaba calmada y yo también lloraba mucho; me encontraba  muerto de ira, lloraba, gritaba, insultaba, estaba muy agresivo

Yo me tire a la bóveda, para que no lo metieran a él si no a mí y me subí hasta allá arriba y llegó la policía y me llevaron para el comando y me enceraron 3 horas y después me llevaron a la casa y me doparon otra vez, no puede ver cómo lo terminaron de enterrar, y al llegar a mi casa yo no podía dormir, pensaba todo el tiempo en él y en cómo ocurrieron los hecho, todo se me venía encima.




speRocío:
Entre y la gente no cabía en la sala, la gente solo decía que él estaba muy mal, que no parecía él y yo no fui capaz de ir a verlo, no quería ver su rostro así. Nubia y Cristian estaban muy mal, parecía que quisieran morirse.
A mí me daba muy duro su muerte; estaba muy nerviosa, temblaba. Él era un gran vecino, fuimos muy amigos, él se mantenía aquí en mi casa; venía a almorzar, a jugar con mis hijas  ¡no podía creerlo!

Alexandra:
Cuando salí del colegio a las 6:00 pm estaban muy mal ¡la familia, los amigos, todos!
Cuando llego Cristian estaba como ido, unos amigos y yo le preguntábamos que había sucedido y el sentado con las rodillas abrazadas y en un vaivén incesante decía: “es que mi papá… a mi papá le dieron un tiro en la cabeza, en el pecho...Lo mataron” Él no lloraba.
Cuando me le acerqué al ataúd a Alirio, no era él y ver que no tenía ojo, me traumatizaba…

Blanca:
Yo no fui capaz de verlo, me dolía mucho, era muy buen yerno. Ver a Nubia, mi hija así, me dolía mucho, yo no era capaz.
Después de varias horas, a las 4:00 de la tarde llevaron a Alirio a el cementerio con la caravana de personas que lo acompañaban

Cristian:
No podía permitir que lo enterraban, se tenía que levantar, no podía seguir así, cuando vi la bóveda: 0681 en la parte superior de la fila, me subí en la escalera y metí en la bóveda, él no podía ser enterrado, primero tenía que ser yo…
Mi mamá y Eliana abajo mientras tanto, abrazaban el ataúd con fuerza y gritaban que no se lo podían llevar. Él tenía que seguir con nosotros, no permitiríamos que nos dejara solos.

¿Después sería peor?

El ejército ese mismo día dio de baja a varios de los guerrilleros que se encontraban en Mesopotamia, otros se lograron escapar y tiempo después capturaron a alias Karina. Gases Caldas pasó a  llamarse Gases Antioquia meses después.
 Nubia duró 6 días sin conocimiento y tuvo la atención de diferentes médicos. Soñaba con él todos los días; soñaba que paseaba a su lado, así como lo hizo cuando él vivía. Se pasó de casa por  5 meses a la vereda 

La Playa del municipio de Rionegro. Su casa la ahogaba y perturbaba, los recuerdos no la dejaban vivir, pero dos de sus hijos no la siguieron; al regresar  no tenía los objetos de su esposo, se los habían robado en la casa en la que había estado.

Ella intentó suicidarse al ver la actitud de sus hijos, especialmente la de Eliana y Cristian, las peleas en esta casa no cesaban, las peleas entre todos aumentaban de manera vertiginosa, se quería volver loca. Ahora tiene 44 años.

Sueña con su suegra en varias ocasiones; se la imagina pidiéndole perdón por no recibirla a ella y a sus hijos en su casa por el hecho de ser prima y esposa de su hijo  Alirio, pero Nubia no la perdona y aún se llena de rencor  hacía la señora, que ahora está muerta.

Eliana también trató de quitarse la vida y en medio de su intento vio a su padre en el fondo de la casa, lo observó parado, fumando, como lo hizo siempre y con una mirada enojado, como ella nunca lo había visto; esto fue suficiente para nunca volverlo a hacer. Tiene 24 años de edad y dos hijos Isabella de 4 años y Ángel de 2 años.

Cristian duró 2 años sin dormir durante largas noches, el deseo de venganza se apoderaba de él, un mes estuvo buscando a Fernando Gamba, el jefe de Alirio, acompañado de cuatro personas del grupo al margen de la ley AUC pero nunca lo encontraron, del señor nunca se volvió a saber nada, aún lo espera. Él intento ingresar al ejército y matar a cuanto guerrillero encontraba, pero por tener un pasado como este y quedar reseñado aquel día como víctima de la violencia no lo dejaron ingresar. Él duro 1 año sin salir de su casa, un año en el que intentó suicidarse varias ocasiones, con cuchillos, venenos y ahorcamiento. Ahora, Cristian  tiene 23 años y solo sufre de crisis cuando toma, los recuerdos se apoderan de él y busca cualquier objeto que le haga daño y lo aleje de esta realidad.

Elkin ahora es conductor de bus en el municipio de Guarne, en el cual lleva sus pasajeros de Medellín a Guarne y viceversa.

Estiben ya tiene 17 años trabaja en una empresa de gases llamada Llama Gas en compañía de Abelardo excompañero de Alirio y espera cumplir la mayoría de edad para ingresar al ejército y "matar a todos los culpables" de la muerte de su papá, el odio y el resentimiento están en él, así como en Cristian, su hermano.


Ximena Oquendo H.







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