A Arnulfo Gómez un hombre de altura promedio, trigueño, de
ojos claros y parpados caídos las plantas medicinales desde joven le han
llamado la atención, tanto así para desarrollar un talento excepcional y una
memoria prodigiosa. Él ha vivido en la vereda El Carmín de Rionegro toda la vida en donde se crio con sus 7
hermanos, se enamoró y se casó con Lucero Montoya; tuvo 8 hijos, Luz Elena,
Ana, Nora, Luceli, Elkin, Ricardo y Juan Sebastián.
Él durante sus años de trabajo siempre ha tenido el apoyo de
su esposa, Lucero de 60 años, una mujer fuerte pero enferma que a pesar de las
adversidades siempre ha estado para Arnulfo en todo momento tal como lo
prometió hace 37 años frente al altar. Para ella las hiervas curativas han sido
una bendición en su hogar, porque con ayuda de ellas han criado a 8 hijos y
después de años de esfuerzo y sudor construyeron una casa para su familia; un
hogar de 7 habitaciones incluyendo el baño, un patio con cultivo de plantas
medicinales como cidrón, alcachofa, penca sábila y ruda, a la cual Lucero es
alérgica. “Él compraba cada semana dos adobes que llevaba al hombro desde el
aeropuerto hasta aquí, a la vereda el
Carmín y así termino la casa, ahora tenemos casita propia a pesar de la pobreza”
cuenta Lucero Montoya, esposa de Arnulfo.
Arnulfo no siempre trabajo con plantas, anteriormente se
dedicaba a hacer cabuya en una fábrica del municipio de Rionegro, que no le
daba mayor estabilidad, por ello decidió salir de allí y dedicarse a vender chócolos
en la ciudad de Medellín con la ayuda de un amigo suyo.
Una mañana llego como de costumbre a su puesto de trabajo
y encuentra una cantidad considerable de
plantas sorprendentes “había de todo tipo de plantas medicinales, había viravira,
diente león, sauce… ahí dije yo ¡aquí es! Y fui aprendiendo a conocer cada planta del
oriente antioqueño, me di cuenta de que
no necesitaba de estudio para instruirme
porque cada día al lado de los yerbateros aprendí con la práctica, ya que nunca fui a
un colegio a estudiar, solo iba a tirarle piedras a los profesores y ahora
conozco más 120.000 plantas y llevo apenas 34 años en este oficio” expresa
Arnulfo.
“lo que han sido los últimos dos presidentes nos tienen
ahorcados, por que anteriormente compraban las plantas muy fácil en los
laboratorios y ahora por cualquier manchita que tenga le devuelven a uno los
bultos de plantas gracias al ministerio de salud que mantienen muy controlada
la salubridad de cada hoja y todo debe estar por separado y empacarlas en bolsas
y cajas porque si estas están un poco al aire libre la rechaza, además tengo
que sacar el RUT y el registro del Invima que nos cobra por cada planta y eso
le quita mucha plata a uno ” cuenta el
Yerbatero.
Arnulfo vende pero no receta, expresa que solo es un distribuidor y sabe que hay muchas
cosas que no conoce y con las recetas que distingue mucha gente se ha curado con
sus consejos pero nunca está siguiendo el proceso. Lo que más busca la gente es
la ruda aunque tambiés sirve para curar es peligrosa para el organismo, sirve como abortivo “Yo
nunca haría algo como eso, ni por millones de pesos ya que la persona debe
enfrentar las responsabilidades; por eso yo nunca utilizo mi oficio para algo
perjudicial para alguien a pesar de que yo mismo me daño los pulmones con el cigarrillo,
pero yo siempre he dicho que uno haciendo
el bien le va bien y haciendo el mal le va mal” narra Arnulfo.
Ximena Oquendo H.
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